Pedro Carreño, novicio de la Congregación de Santa Cruz, llegó hace tres días a Santiago proveniente de Lima, donde está su lugar de formación. Pasará un mes en el Saint George colaborando con la pastoral y viviendo en la Casa Moreau. Este tiempo está inserto en un año dedicado a la oración y a la reflexión antes de hacer sus primeros votos como religioso de Santa Cruz, lo que ocurrirá el 6 de enero en Perú.

Nació en Bogotá hace 26 años en una familia de seis hermanos. Una feria vocacional realizada durante el encuentro Mundial de Jóvenes en Brasil en 2013 fue la ocasión en la que conoció a la congregación, porque Santa Cruz no está presente actualmente en Colombia. Lo que lo hizo tomar esta decisión fue poder conjugar su vocación sacerdotal con la de educador. Cuenta que su maestro de novicios “me dijo que para fortalecer mi idea de ser educador, me enviaría a un colegio con una espiritualidad fuerte de la congregación”.

Explica que “en Colombia hay varias congregaciones que trabajan en educación, pero lo especial de Santa Cruz es la familiaridad, la cercanía, y el trabajo con jóvenes y la educación, por eso di el paso de entrar en Santa Cruz”. Continúa: “En nuestra Iglesia siempre está la jerarquía que estructura y que está bien, pero en Santa Cruz te dicen ‘tú eres mi hermano, estoy contigo, te vamos a ayudar’. He estado en distintas partes de la congregación y siempre he sentido eso de estar hombro a hombro con los demás. Aunque el otro tenga un PhD, sea director del Saint George o de Notre Dame, uno es un hermano más, eso me ha ayudado a crecer como religioso, como persona y académicamente. Me ha ayudado mucho esta cercanía y este apoyo de la comunidad”.

Dice que esta familiaridad y cercanía es la misma que ha visto en los estudiantes del colegio. “Ayer en la mañana estuve saludando a los estudiantes a la entrada con el padre David y te saludan, están contigo, eso es muy Santa Cruz. Uno no pasa desapercibido, te preguntan por tu vida, quién eres, hay un sentido de familia y de cercanía. Eso me gusta mucho porque es ver como la espiritualidad de la congregación ha impregnado a los jóvenes”.

Durante este mes su expectativa es “conocer más de la congregación, trabajar, entrar en contacto con los jóvenes y con las personas del ámbito educativo; estoy muy abierto a aprender y qué mejor que hacerlo con jóvenes”.