Camila Grob, profesora de arte en la III Unidad, indica que el objetivo pedagógico es que los estudiantes conozcan y se apropien del lenguaje de la instalación y propiciar una reflexión a partir de allí. Por eso es ideal que los alumnos puedan recorrerla, entender lo que se está haciendo y hacer suyo el significado de la obra. “Cada grupo escogió la materialidad, hubo un trabajo de autogestión”, dice, porque una cosa es pensar la obra y luego ejecutarla. Además ellos escogieron dentro del colegio el lugar más apropiado para ubicarlas porque tenía que tener alguna relación simbólica o funcional con la obra.
Algunas de las obras son “Pistolita” hecha con piezas de Lego. En su fundamentación se lee: “Nuestro objetivo abarca a todos los juegos violentos en el play station, videojuegos, etc. Los más comunes son ‘Call of Duty’, ‘Battlefield’, y todos los juegos de estas compañías. Los niños que juegan con estos son un 60% más propenso a cometer actos violentos y no controlar sus impulsos…” También en la III Unidad está “Metro Cuadrado”, sus autores dicen: “Hoy en día es muy común que las personas no se encuentren entre sí físicamente, pero a la vez no se encuentren, ya que no hay miradas, sentimientos, conversaciones, saludos y ni si quiera se dan cuenta de quien está a su lado, siendo que están en el mismo lugar. Hay que hacer conciencia de lo que vivimos día a día y volver a cobrar el sentido de la comunidad, dejar de pensar solo en sí mismo y tener en cuenta de que todos compartimos el mismo espacio y respiramos el mismo aire, no nos olvidemos de los que están a nuestro lado, y dejemos de pensar solo en nosotros”.
Los nombres de algunas obras expuestas son: “Somos uno”, “Háblame”, “Camino Solitario”, “Gracias por todo” y “Metamorfosis”, entre otras.
