Sus primeros recuerdos de la infancia son chuteando pelotas junto a su hermano en la calle. Luego de una larga preparación, la construcción de una carrera deportiva en la cual ha vivido victorias y derrotas, se encuentra nuevamente en Chile entrenando para la Universidad Católica y recientemente para la Selección Nacional de Fútbol. 

Esta es su historia:

Desde que tiene uso de razón le ha gustado el fútbol.  “Cuando jugábamos en las calles mi hermano me corregía porque le pegaba con el pie izquierdo”, recuerda. Viene de una familia donde todos fueron deportistas en su minuto pero, nunca creyeron que el fútbol fuera un deporte para mujeres. 

¿Cómo fueron tus primeros pasos en el Fútbol?

“Cuando yo estaba en 5°, se estrenó un taller de fútbol al cual me inscribí por dos años. No fue hasta que estuve en 7°, que el colegio formó la rama deportiva de fútbol, con la condición de que para inscribirse, no se podía haber estado en otro deporte el año anterior. Esto, para que las alumnas no se cambiaran de otros deportes a fútbol. Yo sabía esta regla y me fui a probar igual.  Roberto, quien era el entrenador de fútbol en ese entonces, me dijo: “supe que eres atleta”. Con esa frase yo ya me hacía fuera del equipo. 

No podía más de la tristeza, todos los días llegaba llorando a mi casa hasta que recibí la llamada de Victor Trujillo. Él me comentó que Roberto me quería en el equipo y que harían una excepción a la regla. Ahí comenzó todo”, recuerda alegremente.

En su paso por el Saint George durante 7° y 8° entrenó todos los martes, miércoles y jueves, de 16:00 a 17:30 atletismo y luego hasta las 19:00 fútbol. Naiara cuenta que: “Los entrenadores siempre me apoyaron, Juan Rivera, entrenador de lanzamiento me soltaba puntualmente a las 17:30 y Roberto sabía que a esa hora yo estaba corriendo de la cancha de atletismo a la cancha de fútbol. El Saint George me ayudó a seguir mi pasión y el área deportiva me ayudó muchísimo”.

Ya en 10°, comenzó su historia con el Club Deportivo Universidad Católica. Entrenaba ahí pero jugaba los partidos por el colegio.

Y luego te fuiste a Estados Unidos…

“Sí, tenía compañeras en la UC que me comentaron que existía la posibilidad de irse a EE.UU a jugar fútbol y estudiar al mismo tiempo. Me dijeron que era una opción no necesariamente más fácil, pero que te daban más facilidades que aquí en Chile. Ahí le comenté a mis papás que tenía ganas de hacerlo pero no me creyeron. Yo igual les insistí diciendo: “Me voy a ganar una beca deportiva y ustedes no van a tener que pagar por mis estudios”, recuerda.

El año 2014 comenzó su travesía. Con un vuelo a Memphis para estudiar y jugar fútbol, estuvo un año en la Universidad que recibe el mismo nombre de la ciudad, con la idea de hacer la carrera de Kinesiología. Pero sus planes cambiaron al corto tiempo.

“No me fue bien, no jugué. Así que decidí cambiarme a Limestone College en Carolina del sur”, dice.

Con el cambio de universidad, si continuaba con el plan de estudiar Kinesiología se iba a tardar 6 meses más en graduarse, por lo que tomó la decisión de continuar con Managment, Marketing, Finanzas y los entrenamientos de fútbol. Todo esto en 3 años. “Me costó la decisión pero quería cumplirle la promesa a mis familia de que no tendrían que pagar nada por mi educación”, señala Kapstein.

“Jugar fútbol en EE.UU fue una muy buena experiencia. El equipo a pesar de que era formado en gran parte por americanas, como provenían de distintos estados había culturas bien distintas. Además, estaban las jugadoras extranjeras: británicas, galesas,suecas, una alemana, y otra chilena. Esto me permitió aprender el diferente tipo de juego de las distintas jugadoras, trabajar como equipo para lograr los objetivos y salir campeonas”, agrega.

Naiara Kapstein jugando para Limestone College, EE.UU

¿Por qué decidiste volver a Chile?

“Me intenté quedar. El 2018, mi último año de universidad, estuve trabajando remotamente en una empresa mientras jugaba fútbol, terminaba la carrera y además entrenaba atletismo, todo al mismo tiempo. Pero lamentablemente, el CEO de la empresa para la cual trabajaba, y quien me estaba ayudando a tramitar la visa, murió. Cambiaron los ejecutivos y redujeron personal en mayo del 2019. Como me quedaban algunos meses de visa así que trabajé de anfitriona en un restaurante y en un campamento de verano en Nueva York”, comenta.

Un llamada, un trabajo y la Selección Nacional

A las dos semanas de haber comenzado su nuevo empleo, en Rentas Nueva El Golf, estaba en una reunión cuando recibió una llamada. “¿Tienes un minuto para hablar?”, le dicen desde el otro lado del teléfono. “Con sólo leer el nombre ya sabía de lo que se podía tratar”, dice Naiara y agrega: “Apenas colgué, ya estaba en la UC lista para entrenar. Obviamente los entrenadores ya conocían la noticia, así que llamé al número de vuelta”, comenta.

En esa conversación, la invitaron al microciclo de la selección como preparación para los juegos olímpicos de Tokio. Desde ese entonces equilibra los entrenamientos que son de 6 a 7 veces por semana y su trabajo de lunes a viernes, donde señala que la apoyan muchísimo.

¿Qué mensaje le dirías a los estudiantes del colegio?

“Sigan sus sueños, siempre se pueden lograr. El tiempo siempre lo tienes lo importante es saber organizarse y reorganizarse para hacer las cosas que uno quiere. Estudien mucho y sean perseverantes”, recalca la deportista Naiara Kapstein.